Durante el embarazo, la mayoría de las mujeres dedica su tiempo, sus ilusiones y parte de sus preocupaciones a pensar en el bienestar del bebé, en el «cómo será» cuando lo vea por primera vez y, sobre todo en el último trimestre de la gestación, en el momento del parto. Sin embargo, una vez lo tengas en brazos, todas las dudas desaparecerán para dar rienda suelta a uno de los periodos más bonitos pero también más duros de la vida, que es la maternidad.
Una vez iniciado el proceso de cuidados con el recién nacido, uno de los grandes malestares o preocupaciones en las madres que dan el pecho es el éxito de su lactancia materna, clave para el desarrollo del bebé. Puede que la leche tarde en subir, puede que el pequeño no se agarre bien a la teta o pueden darse una serie de distintas circunstancias que harán de la lactancia un proceso complicado.
Sin embargo, desde Estudio Médico Navarro, queremos ofreceros algunas pautas para sobrellevar las situaciones difíciles que se puedan presentar y disfrutar de una lactancia exitosa tanto para el bebé como para la madre.
- Sin número fijo de tomas: No podemos marcar un número fijo de tomas puesto que, en este caso, es el bebé el que marca su propio ritmo sobre las horas de comida. Las tomas pueden oscilar desde 4 a 13 en el día y, por supuesto, dependerá y variará mucho en función de lo que tome en cada una. Cada bebé es un mundo y, por eso, no debemos fijarnos en otro modelos ni preocuparnos por si el nuestro mama mucho, mama poco, duerme demasiado, le cuesta despertarse para comer… al final de lo que se trata es de que vaya comiendo para crecer e ir ganando el peso que necesita. Al principio, lo más recomendable, si quieres marcarte un ritmo, es una toma cada tres horas.
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