Preeclampsia: Síntomas y causas

La preeclampsia se presenta en mujeres embarazadas y se caracteriza por la hipertensión arterial y la detección de proteína en la orina. Suele aparecer después de la semana 20, afectando así principalmente al final del segundo trimestre y al tercero. Se estima que puede afectar a entre un 5 y un 10% de las mujeres en estado de gestación y, si no se diagnostica y se trata lo antes posible, puede suponer consecuencias o riesgos en el desarrollo del feto.
Los síntomas pueden llegar a ser realmente molestos, como la inflamación con edema en distintas partes del cuerpo, un aumento de peso repentino, fuertes dolores de cabeza, cambios en la visión, reducción de la cantidad de orina e incluso náuseas y vómitos, en el peor de los casos.
Aunque las causas que producen la preeclampsia siguen siendo desconocidas, se considera que la aparición de esta enfermedad está relacionada con los genes, antecedentes de este trastorno o de otros como la diabetes, problemas vasculares, obesidad, ser el primer embarazo o superar los 35 años.
Es de vital importancia que la futura madre ponga en conocimiento de su médico o ginecólogo cualquiera de estos síntomas, ya que subestimarlos podría complicar y empeorar la enfermedad, afectando tanto a la madre como al desarrollo del feto. Uno de los factores de riesgo más altos es el nacimiento prematuro. En casos graves, la preeclampsia podría causar convulsiones con pérdida de conocimiento en la madre.
Si el embarazo está a punto de llegar a término, el mejor remedio será dar a luz para evitar posibles complicaciones, ya sea provocando el parto o a través de cesárea. En el caso de que la enfermedad sea leve y tenga lugar con el feto todavía por desarrollarse, lo más recomendable será reposo, una dieta estricta baja en sal con mucha agua y una cantidad superior de revisiones para comprobar que tanto la madre como el bebé se encuentran en perfecto estado.