El sol aporta muchos beneficios siempre que se tome con precaución, y lo mismo sucede en el caso de las mujeres embarazadas.
Durante el embarazo es importante extremar las precauciones frente al sol, ya que pueden aparecer manchas cutáneas por el cambio hormonal y que pueden intensificarse por los efectos del sol. Esta afección se denomina cloasma o “máscara del embarazo”.
Por otro lado,debemos evitar el exceso de calor y las quemaduras. Por ello es importante seguir los siguientes consejos a la hora de tomar el sol si estás embarazada:
- Utilizar crema de protección solar. Antes de elegir cualquier crema para el sol debemos consultar los componentes para que éstos no afecten al feto. Lo ideal es que la protección solar no contenga PABA (ácido paraaminobenzoico que puede provocar alergias en la piel). Escoge un factor de protección alto incluso si eres de tez morena.
- Evitar las horas centrales del día. Las primeras horas de la mañana o del atardecer son las más adecuadas. Al final del verano y en otoño, el sol no quema tanto y aún hace una temperatura agradable.
- Utilizar ropa fresca. Utiliza ropa ligera para protegerte del sol y evita el sol directo en la cara utilizando gorra o sombrero.
- Cuidado con el aumento excesivo de temperatura. Durante el embarazo la temperatura corporal aumenta y por lo tanto, debemos tener especial cuidado para evitar los golpes de calor que puedan afectar al feto.
- Caminar por la playa. En lugar de estar tendida en una toalla al sol puedes dar paseos por la orilla del mar. Estarás más fresca y caminar te ayudará a mejorar la circulación.
- Bikini o bañador. La elección va en gustos. Eso sí, lo único a tener en cuenta es que con bikini y la barriga al sol puede oscurecerse la línea alba, que suele salir en el embarazo y que recorre el centro de la tripa hasta el ombligo.
En definitiva, tomar el sol durante el embarazo puede ser beneficioso siempre que se tome con moderación y precaución.
